Mestres, como buen escenógrafo –y sobre todo como buen catedrático de perspectiva–, cuando pintaba cuadros por puro goce personal, seguía planteándose a toda costa problemas técnicos.
Mestres, como buen escenógrafo –y sobre todo como buen catedrático de perspectiva–, cuando pintaba cuadros por puro goce personal, seguía planteándose a toda costa problemas técnicos.